Los orígenes de la civilización maya son objeto de discrepancias académicas en virtud de las contradictorias interpretaciones de los hallazgos arqueológicos. Los primeros vestigios datan del 1500 a de C, pudiendo datar su extensión hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI.
Los pueblos mayas no formaban estados completamente unificados. Por el contrario, las distintas ciudades eran estados entre sí independientes.
Su mayor fuente de riqueza era la agricultura, cultivando principalmente maíz pero también cacao, frijoles, yuca, algodón y batata.
Lograron una técnica muy perfeccionada en el hilado y el tinte del tejido.
Para hacer transacciones, se utilizaban campanillas de cobre y las semillas que tiene el cacao.
En la sociedad maya habían esclavos que, al igual que pasó con la cultura egipcia, fueron quienes crearon las pirámides.
En cuanto a las creencias mayas, decir que ellos pensaban que el mundo que conocemos hoy no había sido el primero, sino que los anteriores, por diversos desastres, habían sido devastados.
Pensaban también que el universo estaba dividido en 3:
- El cielo, que a su vez poseía trece capas, todas regidas por los Oxalahuntikú (uno por capa), y la última era la que se encontraba en inmediación con la tierra. El dios de esta capa era conocido como Itzamná, una deidad con el aspecto de un reptil.
- La tierra.
- El inframundo tenía 4 capas menos que el cielo, es decir 9, y al igual que la ya mencionada todas tenían gobernantes, en este caso los Bolontiku.
- La tierra.
- El inframundo tenía 4 capas menos que el cielo, es decir 9, y al igual que la ya mencionada todas tenían gobernantes, en este caso los Bolontiku.
Pero también habían dioses para gran cantidad de cosas mundanas, estando esta civilización regida, como casi todas las antiguas, por las divinidades relacionadas con el mundo natural.
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